La cultura durante el franquismo
La cultura vigilada
La falta de conciencia política y
la frustración cultural en que el franquismo mantuvo a los españoles ayudó
mucho a la longevidad del régimen . Los fieles burócratas mantienen un férreo
control de la palabra y la imagen y las generaciones más jóvenes reciben una
educación fundada en la mística del tradicionalismo y en el servicio patriótico
a España. La prensa, la radio y después la televisión resaltan insistentemente
los méritos de un régimen que al término de una guerra civil había
proporcionado al país la paz y una relativa prosperidad. Franco no gozó de
popularidad, pero de la aceptación de una mayoría de españoles porque no veían
otra solución para su país y temían por encima de todo, otra guerra civil.
Con el final de la guerra, España
perdió para siempre científicos, juristas, historiadores, poetas y pintores que
encontraron en muchos casos, reconocimiento y acogida en países de
Hispanoamérica. Se ha dicho que cerca
del 90 % de los intelectuales abandonó el país en 1939, dejando sin maestros a
los españoles. Casi al completo, la espléndida generación del 27, con Pedro
Salinas, Rafael alberti y Jorge Guillén al frente salió de España. También por
ejemplo Picasso. Fue un “Tiempo de murmullos, de ceniza, pero no del todo
mudos, ni tampoco culturalmente estériles”, porque entre los que se quedaron
los hubo también empeñados en reconstruir los puentes con la España del éxodo y
en cultivar la vegetación de la Edad de Plata en el interior de lo que
exageradamente se ha llamado el páramo español. No se debe pensar que a causa
del exilio, España fue un desierto
cultural. Algún rescoldo de la tradición liberal consiguió mantenerse vivo en
la medida que lo permitieron la evolución de las circunstancias exteriores y el
abandono del modelo fascista. Intelectuales
de primera fila y de significación liberal continuaron su obra en España y con
el paso del tiempo se amplió la tolerancia con respecto a manifestaciones de
esta vieja raíz como por ejemplo el Instituto de Humanidades, inspirado por
Ortega y su discúpulo Julián Marías.
Fuente:
El franquismo 1939-1975 Fernando
García Cotrázar
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